Visión biocéntrica del Buen Vivir

Un artículo de HORIZONTES COLECTIVOS



En la incierta contracción social del progreso moderno mecanicista de una acelerada e ilimitada globalización tecnológica, donde el inevitable consumismo dependiente y adictivo enfatiza necesidades hedonistas, cosméticas y superfluas de peligrosa transformación antropológica y progresiva deshumanización que desafía las leyes naturales de la vida y el mundo; así, comprender su propósito, desarrollo, implementación, uso y obsolescencia, sugiere que son herramientas degenerativas. Sin embargo, desde la visión biocéntrica de enfoques ancestrales, el potencial de las tecnologías parte en la capacidad de identidad simbiótica de innovación co-creativa para genuinos servicios salutogénicos en diversos procesos de relocalización, restauración, reconciliación, revitalización y regeneración sistémica. 

Tres tecnologías de los paradigmas emergentes

Frente a los abruptos cambios globales, bajo el dominante paradigma antropocéntrico mecanicista de tecnologías autodestructivas y honda cosificación utilitarista de letal sinsentido y vacío existencial, ha provocado que la humanidad experimente una insondable crisis civilizatoria de emergencia climática. El mecanicismo, nace en la edad media como ciencia moderna y analítica con la era industrial (Macy. & Young., 2016). Y, en las visiones cientificistas, materialistas, hedonistas y fragmentadas comienza la era del capitalismo de crecimiento económico y científico, basado en el extractivismo y sobreexplotación ambiental con irreversibles agravios, inequidad y segregación social, dominado por pequeños sectores industrializados y que hoy, lideran el sistema económico global. En los mismos patrones, inicia la era de la sostenibilidad durante las últimas casi cuatro décadas, logrando éxito documental, pero no en la práctica, intensificando las condiciones de la multi crisis. Además, sus compromisos de equilibrio o equidad tridimensional no responden a las relaciones de competencia, donde siempre hay ganadores y perdedores; asimismo, el reduccionismo no comprende y es obsoleto para los complejos fenómenos biológicos de la tierra viva. (Müller, 2016), refiere que el origen de su fracaso, está en la desconexión espiritual con la naturaleza. Suenan nuevas voces de enfoques holísticos, sistémicos, espirituales, ancestrales del biocentrismo para revertir las dinámicas ecocidas y compartiendo las tecnologías regenerativas que parten de una profunda reconciliación espiritual e identidad como fractal de la madre naturaleza (Pachamama). Diversos sectores lo adoptan y promueven, donde resalta el turismo como auténtica plataforma experiencial de transformación social, de alcance multidimensional a escala local y global, para la transición paradigmática.

Las tecnologías de las tres tendencias del turismo

La comprensión moderna del turismo, parte de las tecnologías convencionales del capitalismo y deslocalización en relaciones de competencia extractivista, masiva e invasiva del Ego-turismo por productos y servicios exclusivos de lujo y confort con daños ilimitados que generan las condiciones del Mal Vivir, liderado por inversionistas mercantilistas extranjeros. Progresando así, a las tecnologías mejoradas en la era de la sustentabilidad y globalización de competitividad e inclusividad local alternativa del Eco-turismo por las anécdotas vivenciales, únicas y memorables, de nobles compromisos de responsabilidad con métricas cuantitativas y supuestos daños menores o neutros para las condiciones del Vivir Mejor de unos pocos, pero insuficientes y rumbo al colapso. Así emergen, las tecnologías de la regeneración biocéntrica de relocalización resiliente y de interdependencia y coopetencia simbiótica para las nuevas preferencias holísticas, transformadoras y regenerativas del Bio-turismo por las experiencias trascendentales de sanación espiritual y revitalización sistémica que genera las condiciones del Buen Vivir. 

Ante la comprensión moderna del turismo como fenómeno socioeconómico del marco de la sostenibilidad como motor del desarrollo local, sobre todo en destinos de países emergentes que presentan evidentes desventajas, sometiéndose al liderazgo por las inversiones de capitales extranjeros, políticamente favorecidos a sus propósitos mercantilistas a cambio de las dinámicas económicas locales que generan pequeños, aparentes y temporales ingresos de riesgosa dependencia económica globalizada, con invisibilizados  agravios multidimensionales a corto, mediano y largo plazo; resaltando,  los conflictos comunitarios, la pérdida de identidad cultural y territorial, la ilimitada mercantilización patrimonial y folklorismo, la a culturización, la contaminación, degradación y pérdida ecológica. Es una pandemia de la ilimitada cosificación utilitarista por una profunda ambición de riqueza material económica y sinsentido co-existencial; donde, es desafiante replantear la legítima identidad turística como fractal eco-social salutogénica de encuentros interculturales e interdependencia co-existencial con los otros y sus lugares.

EL ciclo adaptativo del Bio-turismo

Nota. En el ciclo del sistema adaptativo, el espiral conduce el tejido simbiótico para el propósito común del Buen Vivir con las capacidades de elementos convergentes en cuatro subsistemas y fases evolutivas. Parte del Sentir (amor y servicio) espacio con los actores en Conservación; al Pensar (sabiduría emergente) materia de innovación y cambio para la Liberación; para el Hacer (interdependencia y coopetencia) tiempo para el desarrollo y Crecimiento; y, al Adaptar (transformación) energía de la retroalimentación y Reorganización para comenzar un nuevo ciclo. Fuente: Elaboración propia.

Conclusiones

El sentido, propósito y capacidades de las tecnologías, obedecen al origen de los patrones paradigmáticos agrupados para los sistemas inertes y los sistemas vivos; donde, el mecanicismo, el capitalismo y la sostenibilidad corresponden al enfoque del antropocentrismo del sistema inerte, que parte de la radical desvinculación del orden natural, un silencioso sentido de abandono, miedo, inseguridad, carencia y vacío existencial de errónea sobrevivencia en dinámicas de lucha y competencia materialista, rumbo al colapso. Y, el movimiento de transición, la cosmovisión ancestral y el desarrollo regenerativo, convergen en el enfoque del biocentrismo de sistemas vivos, que parte de la reconexión espiritual con la vida mayor en vínculos de amor, seguridad, abundancia, admiración, sustento, gratitud, interdependencia y cooperación simbiótica del bienestar común.

Referencias

Macy. & Young. (2016). Nuestra Vida como GAIA (A. V. Galarza (ed.); Vol. 15, Issue 2, pp. 1–23).

Müller, E. (2016). Desarrollo regenerativo ante el cambio global, garante de un futuro económico, social y ambiental. 40. https://laliniciativablog.files.wordpress.com/2017/03/uci-desarrollo-regenerativo-centroamecc81rica-05-2016-1.pdf